El convenio de la NBA se endurece: estas son las nuevas normas que entran en vigor
Este 1 de julio entran en vigor las últimas cláusulas del convenio colectivo que van a endurecer aún más sus condiciones.
La NBA cada vez es una liga más restrictiva a la hora de permitir a sus equipos moverse para mejorar, especialmente para aquellos que más dinero pagan en salarios. No solo es que exista un límite salarial, aunque se pueda superar con ciertas excepciones, además los equipos que más pagan deben abonar un suplemento en forma de impuesto de lujo, y estos lo tienen cada vez más complicado para realizar movimientos que les permitan mejorar.
Este próximo 1 de julio, con la apertura de la nueva temporada de la NBA, entran en vigor una nueva serie de normas que van a penalizar aún más a esas franquicias que mayor cantidad de salarios pagan, y que son solo un paso más en la tendencia del control salarial que empezó hace ya décadas.
Igualdad competitiva y control de gastos
Muchas veces decimos que la NBA tiene un límite salarial y penaliza a aquellos equipos que más gastan como una manera de fomentar la igualdad competitiva, para que los que son mejores equipos lo tengan más difícil y los que son peores tengan más posibilidades de igualarse con los de arriba. Esto es cierto, pero es más bien una consecuencia, y no una intención. Porque todo parte de intentar imponer un autocontrol a las franquicias que salga desde ellas mismas.
En marzo de 1983 se introdujo en el convenio colectivo el concepto de límite salarial, inexistente hasta ese entonces (salvo por un año de prueba excepcional a finales de los años 40), inaugurándolo con una cantidad de 3.6 millones de dólares en la temporada 1984-85. En aquel momento ya se vendió como una manera de intentar igualar las condiciones para todos los equipos, repito, algo cierto, pero la realidad era que se estaba produciendo una guerra e inflación de salarios entre las franquicias de la NBA, con cierta ayuda de algunos equipos europeos que también realizaban ofertas competitivas para los salarios de la época, y había varias franquicias con graves pérdidas económicas pero que seguían inflando sus salarios para intentar competir. Con este límite salarial la NBA buscaba poner un límite a ese gasto, al mismo tiempo que se conseguía igualar las condiciones para todos.
El límite salarial de la NBA podemos decir que es “blando”, porque se puede superar de numerosas maneras como vemos cada temporada. Los derechos Bird (llamados así por Larry Bird) te permiten superar ese límite para renovar a tus propios jugadores. Y hay excepciones (excepción media, excepción bianual, contrato mínimo) que también permite contratar a nuevos jugadores. Pero con cada convenio se han ido poniendo cada vez más impedimentos. Y normalmente suelen responder a las preocupaciones de los propietarios en cada momento.
Por ejemplo, en 1994 los Milwaukee Bucks seleccionaron con el pick 1 del draft a Glen Robinson, y le dieron un contrato de 67.5 millones por 10 temporadas, el más grande de la historia para un novato. A esas alturas eran unos cuantos ya los novatos que habían amenazado con no jugar si no cumplían sus demandas salariales, doblegando los deseos y las carteras de las franquicias y propietarios. El caso de Robinson fue el detonante de que al año siguiente se incluyera en el convenio la escala salarial para jugadores rookies, la cual contaba también con el apoyo de los jugadores veteranos, que temían que los jóvenes se llevasen la mayor parte del dinero.
Unos años después, en 1998, los Minnesota Timberwolves le dieron a Kevin Garnett el contrato más grande de la historia de la NBA, 126 millones por 6 temporadas. No había precedentes de pagarle tanto a un jugador tan joven (21 años), y el resto de los propietarios, 13 de los cuales aseguraban tener pérdidas económicas, pusieron el grito en el cielo. El resultado fue el Lockout de 1998, del cual salió la limitación del contrato máximo. A partir de ese momento, los jugadores pasaron a estar limitados en la cantidad de dinero que podían ganar anualmente según sus años de servicio. También se pusieron las semillas del impuesto de lujo, que se introdujo oficialmente en la temporada 2002-03. Desde entonces, cada vez se ha ido penalizando más a las franquicias que más gastan.
El resultado final es que ahora sí que tenemos algo cercano a un impuesto salarial duro. Cuando se dan ciertas condiciones las franquicias están viendo cómo se les colocan techos de gasto duros que no pueden superar bajo ninguna circunstancia, en dos líneas introducidas en los últimos años y conocidas como “apron”. Y dentro de unos días estas restricciones serán aún mayores.
Las nuevas restricciones
Con el último convenio se impusieron nuevas limitaciones, pero para que la transición fuera más fluida, algunos de esos elementos se aplazaron hasta el 1 de julio de 2024 para dar más margen de maniobra a las franquicias. Hay que tener en cuenta los dos mencionados “apron”: el primero se encuentra 7 millones por encima del impuesto de lujo (la previsión es que esté en los 171.3 millones), y el segundo se sitúa 17.5 millones por encima de ese mismo impuesto.
Como el tiempo vuela, el 1 de julio de 2024 ya está aquí, y estas son las nuevas restricciones que tener en cuenta por las franquicias:
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