El fenómeno Caitlin Clark llegará a la WNBA (y no, no va a perder dinero por el camino)
La megaestrella de la NCAA ha anunciado que se presentará al Draft, y eso ha provocado cierta confusión con respecto al funcionamiento del NIL.
Llegó al fin una de las noticias más esperadas en el mundo del baloncesto femenino: Caitlin Clark se presenta al Draft de la WNBA.
No hace falta haber estado atento al baloncesto femenino para que al menos te suene su nombre. Si sigues la NBA o el baloncesto en general, es imposible que no se te haya cruzado algún que otro vídeo con sus highlights, porque estamos hablando de una jugadora excepcionalmente buena. Clark ha batido los récords de anotación de la NCAA, terminando en estas fechas sus cuatro años en Iowa como la mejor jugadora de NCAA de la historia, y a punto de jugar su último torneo.
A pesar de haber cumplido los cuatro años regulares del ciclo universitario, Clark podría haber optado por jugar un quinto año en la universidad, ya que la NCAA concedió esa posibilidad a todos los atletas que se vieron perjudicados por las dos campañas afectadas por la COVID. Sin embargo, Clarke, a sus 22 años, ha decidido convertirse en profesional.
Aunque, bueno, eso de “convertirse en profesional” cuando una jugadora salta de la NCAA a la WNBA ya es algo anticuado. Desde que se aprobó por ley que los jugadores tienen derecho a percibir dinero por sus derechos NIL (Name, Image, Likeness), estos son capaces de ganar un dinero que puede llegar a alcanzar altas cantidades. En el caso de Caitlin Clark en concreto, ese sueldo a través de contratos publicitarios supera los 900.000 dólares, según Sportico.
Pero esto ha dado lugar a una confusión: ¿pierde Caitlin Clark ese dinero al marcharse a la WNBA? ¿Pasa de ganar 900.000 dólares a los $76.535 de su salario rookie como número 1 del Draft? (Que lo será, asegurado).
Eso aseguraba un supuesto experto en la materia, Darren Rovell:
En su caso en concreto no, no es así. A Darren Rovell, experto en la materia, desde que está centrado en las apuestas parece que cada vez le falta más materia (gris), e insistió a pesar de haberse demostrado que se equivocaba.
A la hora de percibir este dinero de los NIL hay dos opciones:
Hacerlo a través del NIL Collective de cada universidad. Cada centro llega a un acuerdo con los patrocinadores y, siempre con la universidad como mediadora, ese dinero llega a los atletas a cambio de aparecer en presentaciones, firmas de autógrafos, etc.
Hacerlo directamente con las marcas. En estos casos los jugadores llegan a un acuerdo ellos directamente con la empresa y la universidad no tiene nada que ver.
La mayor parte de los más de 900.000 dólares que ha ganado Caitlin Clark esta temporada han llegado por la segunda vía, con contratos directos con los patrocinadores, con lo cual no tiene por qué perder ese dinero, puede llevarse esos patrocinadores personales a la WNBA. Creer que va a perder todo ese dinero es pensar que todos esos patrocinadores no van a querer seguir ligados a la que va a seguir siendo una jugadora top 3 en popularidad. Caitlin Clark es una marca establecida.
Ahora mismo la NCAA Femenina es más popular incluso que la WNBA, llegando a un pico de más de 12,5 millones de espectadores en la final del año pasado, por los 1,3 millones de la final de la WNBA. Pero la propia Caitlin Clark ha tenido un impacto enorme en esas cifras (y en parte con su rivalidad con Angel Reese). Las entradas de su partido de ayer contra Ohio State valían una media de 600 dólares, pero seguro que si ella no juega la próxima final del torneo universitario esas entradas no llegarán a valer ni la mitad de eso.
El equipo que seleccionará con total seguridad a Caitlin Clark en el número 1 del Draft son las Indiana Fever. Indiana e Iowa están relativamente cerca para lo que es Estados Unidos, así que de entrada no debería tener problemas incluso para mantener a los patrocinadores locales, por no hablar del atractivo que va a seguir manteniendo para las marcas nacionales. Ya ha firmado con Nike y Gatorade, por ejemplo. ¿O creéis que State Farm va a decir que ya no les interesa?
Desde un punto de vista de posibilidades, a Caitlin Clark se le abre un mundo nuevo con el paso a la WNBA, incluso. En la NCAA ya había tocado techo de ingresos, era complicado que subieran mucho más. Ahora salta a otro plano totalmente diferente, con mayores posibilidades internacionales además.
Y, por supuesto, la WNBA y la NBA van a hacer un esfuerzo enorme para que siga siendo un fenómeno de masas. A partir de ahora la vamos a ver en multitud de anuncios, eventos de ambas ligas, y seguramente en el All Star como vimos este año a Sabrina Ionescu. Las Indiana Fever tienen un equipo joven, con Aliyah Boston, la ROY del año pasado, NaLyssa Smith y Kelsey Mitchell como puntales.
A la hora de la verdad, su futuro económico dependerá del nivel de juego que tenga en la WNBA, pero eso siempre iba a ser así. Caitlin Clark da el salto a una de las ligas que más rápido está creciendo en popularidad, y lo hará con todo su dinero prácticamente intacto.