El mal de ojo de los Clippers pone en riesgo al resto de la NBA

Toda la NBA tiene un ojo puesto con lo que pueda pasar en la lotería del Draft, y no precisamente por lo que le pueda tocar a ellos mismos.

Los Angeles Clippers parecen una franquicia maldita.

No sé dónde se produjo el pecado que hizo que les echaran el mal de ojo. Quizás fue en el momento en el que Donald Sterling los sacó a la fuerza de San Diego para llevarlos a Los Angeles en contra de la voluntad del resto de la liga.

Puede que fuese por las racistadas y la tacañería posterior del mismo propietario. O que su sucesor, Steve Ballmer, seguramente también tenga bastante karma negativo por los cadáveres empresariales que esconde en su armario.

Quizás sea que en Los Angeles solo hay estrella suficiente para cubrir la suerte de una de sus dos franquicias, como cuando en una familia parece que un hermano tiene toda la buena suerte acaparada y el otro siempre se da de morros con la vida.

El caso es que, incluso en sus grandes momentos, cuando aciertan, cuando hacen grandes movimientos y parece que, por fin, ahora sí… al final es ahora tampoco. Siempre pasa algo. Y, en ocasiones, no es que pase algo. Es que pasa todo.

A lo mejor todo lo que está pasando también es un pago del mal karma competitivo por lo que hicieron para fichar a Kawhi Leonard. Lo que sabemos, lo que parece que podemos intuir, y aquello de lo que no llegaremos a enterarnos.

Aunque hay algo que no cuadra: si esto fuera una cuestión de karma baloncestístico… ¿cómo es posible que la gran beneficiada de esta situación pueda ser la franquicia producto de uno de los robos del siglo, el equipo que le fue arrebatado a la ciudad de Seattle?