¿Está la WNBA condenada al lockout?
Una extensa visión sobre la situación económica de la WNBA y la negociación del próximo convenio colectivo. ¿A quién pertenece realmente la WNBA?
La WNBA es una de las ligas profesionales que ha visto un mayor crecimiento porcentual en audiencias en el último año.
La WNBA también es, al mismo tiempo, una liga que oficialmente pierde dinero, y en la que algunas de sus estrellas aseguran que su salario no llega a cubrir sus costes.
Hace unas semanas, Angel Reese explicaba en un Instagram Live que el salario de su contrato rookie no llegaba a cubrir sus gastos de su temporada al pagar un alquiler de 8.000 dólares al mes.
Ángel Reese habló abiertamente sobre sus finanzas y bromeó diciendo que está "viviendo por encima de sus posibilidades."
En un reciente video en vivo de Instagram, la jugadora de Chicago Sky comentó que su salario en la WNBA no cubre su alquiler, que es de $8,000 al mes.
Reese, originaria de Maryland, tiene un apartamento en Chicago. No está claro si tiene otras residencias.
“Los haters pagan mis cuentas. Solo espero que sepan que la WNBA no paga mis cuentas para nada. Ni siquiera creo que cubra una de mis factura,” dijo Reese.
“Literalmente, estoy tratando de pensar en el alquiler de donde vivo. Déjenme hacer los cálculos rápidamente… Ni siquiera sé mi salario, ¿74 mil?” le preguntó a alguien al costado que no aparecía en el video.
Reese, quien grabó el video mientras estaba en Nueva York para el desfile de moda de Victoria’s Secret el martes, quedó sorprendida al ver el resultado después de hacer los cálculos.
“¡Estoy viviendo por encima de mis posibilidades!” dijo entre risas histéricas. “¡No es broma!”
Fue entonces cuando dijo que su renta es de $8,000.
“Estoy viviendo por encima de mis posibilidades como ustedes creen,” bromeó.
Reese fue elegida con el pick 7 del Draft de 2024 y su salario era de 73.000 dólares esta temporada. Caitlin Clark, por ejemplo, siendo la número 1 del Draft solo se llevó unos 3.000 dólares más. Ambas ganan sumas mucho mayores en contratos publicitarios, claro. Si no, está claro que Reese y Clark tendrían que haber ajustado sus estilos de vida a sus salarios.
Pero no es ninguna sorpresa que el sindicato de jugadoras decidiera ejercer la cláusula para salirse del convenio colectivo actual que tenían para antes del 1 de noviembre. Ni siquiera esperaron a esa fecha: al día siguiente de resolverse las Finales ya habían enviado oficialmente el papeleo para comenzar a negociar un nuevo convenio, que entraría en vigor para la temporada 2026. Algunas jugadoras como Breanna Stewart han reconocido que han estructurado sus contratos actuales para poder firmar un nuevo contrato en cuanto entre en vigor el nuevo convenio.
A partir de ahora comienza una cuenta atrás de un año para llegar a un acuerdo. Con unas jugadoras reclamando una mejora sustancial en sus condiciones, y unos propietarios que en su mayor parte aún trabajan con pérdidas económicas inmediatas… ¿es posible que veamos un lockout en el horizonte?
Vamos paso por paso.
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