El Salvaje Oeste está de vuelta.
Durante dos temporadas, la tendencia de dominio del Oeste sobre el Este se paró. Desde la temporada 1999-2000 la Conferencia Oeste le había ganado el balance en enfrentamientos directos a la Conferencia Este en todas las campañas menos en una, la 2008-2009. Entonces llegó la 2021-22 y, por un breve margen (un 50.2%), el Este le ganó al Oeste. Eso volvió a repetirse en la siguiente, la 2022-23, pero esta vez con un margen más amplio: el Este ganó el 52.4% de los enfrentamientos entre conferencias.
¿Estábamos ante un cambio de paradigma en la NBA? ¿Iba a pasar el dominio de la temporada regular del Oeste al Este?
No tan rápido. El Oeste se recuperó en la 2023-24, y de qué manera. Le endosó al Este un 57.7% de victorias, el mejor porcentaje del Oeste desde la temporada 2014-15. Como referencia, el Este no registra un porcentaje similar o superior a ese desde la 1997-98 (57.9%).
En fin, que todo este batiburrillo de números, temporadas y conferencias es para decir que el Oeste lleva dominando 25 años al Este con muy pocas excepciones. Y parece que esta temporada pasará más de lo mismo.
Hay equipos del Este que se han reforzado. En el caso de los Knicks el impacto en esta medición entre conferencias será mínimo, ya que uno de sus principales refuerzos llega desde dentro de la misma conferencia y en el otro no hay una diferencia de nivel considerable. Sí que puede influir algo más que Philadelphia se haya llevado a Paul George de los Clippers, aunque los 76ers ya estaban entre los equipos que más partidos ganaban a la otra conferencia.
En el Oeste la sensación global es que hay muchos equipos que han mejorado, y unos pocos que han empeorado algo. Seguramente el Oeste mantenga su dominio sobre el Este, pero lo verdaderamente complicado no es predecir eso, sino… ¿cómo colocamos a los equipos de la Conferencia Oeste?
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