Jordi Fernández tiene un plan diferente
Los Brooklyn Nets apuntaban esta temporada a lo alto del Draft, pero cada vez piensan menos en las bolitas de ping pong y más en el Play-In.
La derrota contra los Washington Wizards del lunes empaña un poco este artículo, pero qué voy a hacer, ¿comérmelo y no sacarlo? Pues ahí va.
¿Puede un equipo que tuvo un balance de 3-12 en el mes de enero y cuya misión desde las oficinas era tener un buen pick de Draft terminar entrando en el Play-In.
Sí, puede ser. Si estás en el Este, donde parece que nadie quiere esa última plaza, y además tienes a Jordi Fernández de entrenador, es posible.
Después de ese mal mes de enero, los Brooklyn Nets siete vixctorias en sus últimos 10 partidos, perdiendo después del All Star contra los Cleveland Cavaliers, ganando a un ¿rival directo? como los Philadelphia 76ers, y perdiendo, lamentablemente para este artículo, contra los Washington Wizards.
"Creo que ha sido la constancia de trabajar cada día", decía Jordi Fernández hace un par de semanas. "Porque si piensas en esa racha negativa, ya sea que tuviéramos jugadores fuera o no, también perdimos partidos ajustados, y competimos en muchos de ellos".
Esta lleva siendo la historia de los Brooklyn Nets durante toda la temporada: competir pese a todas las circunstancias adversas. Los traspasos de diciembre de Dennis Schröder y Dorian Finney-Smith afectaron gravemente la producción del equipo en ambos extremos de la cancha. Cam Thomas, el máximo anotador de Brooklyn, no ha jugado desde el 2 de enero por problemas en la pantorrilla. Cam Johnson finalmente no fue traspasado, pero también se perdió 13 de 16 partidos entre el 4 de enero y el 4 de febrero.
Aun así, los Nets están ahora en el undécimo puesto del Este, a solo 1.5 partidos detrás de los Chicago Bulls por el último puesto del Play-In Tournament en la Conferencia. Aunque en las oficinas y en buena parte de la afición les gustaría que fuera de otra manera, parece que en Brooklyn ya no se habla tanto de tankear. Con los Philadelphia 76ers hundiéndose cada vez más y con Embiid de nuevo de baja indefinida, y con los Chicago Bulls dando la sensación de que no quieren saber nada de esa última plaza, puede que todo se reduzca a que lo consiga el equipo que más lo quiera.
Y los Nets están jugando de lujo (bueno, vale, asterisco al partido de Washington), algo que al final hace que incluso los fans que querían más bolitas del Draft para llevarse a Cooper Flagg terminen subiéndose al barco. Brooklyn sigue siendo uno de los equipos más calientes de la NBA con 25 partidos por jugar. Y deberían fortalecerse aún más si en algún momento pueden regresar Cam Thomas y Noah Clowney de sus lesiones. Mientras tanto, van saliendo jugadores como Keon Johnson a dar el callo.
"Tenemos que volver, trabajar y mejorar", dijo Fernández. "Creo que los días de descanso del All Star han sido buenos. Todos tienen que hacer su trabajo. Tienen un plan, porque físicamente no puedes estar sin hacer nada. Así que todos tienen un programa que seguirán, y eso será muy importante. Así es como queremos construir de cara al futuro".
Jordi siempre ha sido un entrenador orientado a la defensa, y parece que su equipo finalmente ha adoptado sus filosofías en ese aspecto. Los Nets han mantenido a seis de sus últimos 10 oponentes por debajo de los 100 puntos, algo que solo habían logrado cuatro veces en sus primeros 47 partidos.
Uno de los llegados en los traspasos de esta temporada, D’Angelo Russell, calificó a Fernández de "genio" por lo que está consiguiendo sacar de una plantilla que a priori parece tan limitada como la de Brooklyn, especialmente en la faceta defensiva.
"Verlo preparar estos partidos, sin saber quién va a jugar, quién va a empezar, quién puede terminar, quién no puede jugar, restricciones de minutos, etcétera", dijo Russell. "Que aún así encuentre la manera de conseguir victorias y mantener el ánimo y la energía de todos altos. Creo que el futuro aquí es brillante".
Tampoco hay que ser ingenuos: a los Brooklyn Nets, en realidad, no les conviene demasiado ir hacia arriba. En la situación actual del equipo y de la franquicia, en plena fase inicial de la reconstrucción, ganar está en un segundo plano e incluso podría considerarse contraproducente. Lo principal es intentar conseguir al jugador franquicia del futuro, ya que ahora mismo no cuentan con nadie en la plantilla con ese potencial.
Todos los esfuerzos a la hora de moverse en traspasos y firmas en los próximos mercados irán encaminados a ello. Y cuantos más partidos ganen esta temporada, más se aleja la posibilidad de que Cooper Flagg sea ese jugador. En los últimos años hemos visto algunos ejemplos de equipos que han sorprendido por luchar más de lo esperado. Están, por ejemplo, los Memphis Grizzlies de la 2019-20 y la 2020-21, que apuntaban a lo alto del Draft y lucharon hasta el último momento por estar en los Playoffs. Pero estos ya tenían a Ja Morant y Jaren Jackson. El caso de estos Nets puede ser más parecido al de los Utah Jazz de la temporada posterior a los traspasos de Donovan Mitchell y Rudy Gobert. Aún no tienen los jugadores que vayan a ser una base robusta de su futuro a medio y largo plazo.
Pero esto es lo que siempre decimos: los equipos tankean desde las oficinas, no desde la pista. Jordi Fernández es un entrenador novato que no puede pensar en otra cosa que no sea ganar la mayor cantidad de partidos posibles. Su carrera puede irle en ello. Y de momento, dadas las circunstancias y con lo que trabaja, no podría haber comenzado mejor.