La falacia de la clase media (en la NBA)
Articulo clásico de tu tuitero rojeras de referencia.
Henry Ford es ampliamente reconocido como el creador de la clase media, aunque fuera de una manera involuntaria. Estas cosas siempre depende de qué fuentes consultes o creas más, pero parece muy establecido que fue el modelo que creó en sus fábricas y que después se extendió por otras lo que terminó cambiando la sociedad estadounidense y mundial.
Ford había dado el primer paso creando la cadena de montaje, lo cual había estabilizado el trabajo en la fábrica, pero lo que no era nada estable era la mano de obra. Los trabajadores pasaban de unas fábricas a otras dependiendo de quién pagase mejor en ese momento, así que él, en contra de lo que pensaban sus consejeros más cercanos, decidió subir los sueldos de una forma notable, hasta los cinco dólares por día, más o menos el doble de que se cobraba habitualmente en aquella época. Seguramente la patronal de aquel momento pensara que aquella subida de salarios iba destruir empleos y tal.
En la fría mañana del mes de enero de 1914 en la que se establecieron las nuevas pagas hubo una cola enorme en la puerta de la fábrica, llena de gente que casi se pegaba por entrar a trabajar allí. Ford consiguió dos cosas. La primera, que la producción de coches se masificara hasta tal punto que sus precios se abarataron y su compra estuviera al alcance de más gente.
La segunda, que fueran sus propios empleados quienes se convirtieran en sus clientes. Gracias a sus nuevos salarios, los empleados de Ford podían permitirse comprarse uno de los coches que ellos mismos fabricaron. El dinero que salía por una puerta entraba multiplicado por la otra. El resto de fábricas de ese y otros sectores no tardaron de copiar el modelo.
Hoy en día hablar de clase media es algo totalmente diferente a la historia de arriba, y tiene que ver más con la política que con la economía. No quiero aburriros ni convertir esto en un blog de política, pero es la clase privilegiada la que más interés tiene en que exista una clase media. Así es como se apaga la lucha de clases: divides la clase obrera en dos, le das a la nueva clase media la sensación de que ellos no son unos pobres obreros y de que tienen la posibilidad de entrar algún día en la élite con mucho esfuerzo y trabajo, y los medianers hacen el resto.
Muchos de ellos mismos repudian la idea de que se les pueda considerar clase trabajadora. Cómo voy a serlo, si puedo pagar la hipoteca, el coche financiado y unas vacaciones al año. A ver si este año me ascienden en mi trabajo de mierda.
Hoy en día si no duermes en un banco en un parque o en un cajero automático, o si no te vas de viaje en tu jet privado, tienes muchas papeletas para ser considerado clase media. Da lo mismo que seas un cirujano que un periodista wannabe que escribe en Substack y lo compagina con otro trabajo, el real. La clase media ya no tiene que ver con la economía ni con algo científico, tiene que ver con la política y la identificación del electorado.
Lo de la clase media en la NBA actual se parece un poco a todo lo anterior. No es que en la NBA exista una clase privilegiada fija. Es decir, sí que la hay, está por ejemplo Adam Silver, y los que mandan a Adam SIlver, los propietarios de las franquicias, todos ellos milmillonarios. Es más, desde un punto de vista sociológico la mayor parte de los jugadores y los entrenadores jefe de la liga también serían clase privilegiada.
Pero bueno, ciñéndonos a lo deportivo, la élite de la liga va variando. Hay algunos equipos que pasan más tiempo que otros en la cima de la pirámide, pero hay cierta rotación. En este aspecto, la clase privilegiada a la que le conviene que exista la idea de que hay una clase media en la NBA es Silver y los que están interesados en que exista competitividad, es decir, los partners de las televisiones, y de manera secundaria nosotros como espectadores, pues somos los que damos dinero a esas televisiones. Los medios necesitan vender que son muchos los equipos que están jugando por algo, aunque podamos contar con los dedos de una mano los que realmente aspiran al anillo, la élite deportiva.
Aquí la introducción del Play-in ha hecho maravillas para ampliar lo que consideramos clase media en la NBA. Anteriormente habríamos considerado clase trabajadora o pobre del puesto 10 u 11 hacia abajo de cada conferencia, pero ahora aquellos que siguen con vida en la lucha por el Play-in parece que son mejores, cuando siguen siendo equipos que podríamos calificar como malos o que son equipos más tirando a malos que a mediocres por definición.
Por otro lado están los Lakers, que han sido privilegiados toda su vida pero ahora están pasando por un momento regulero hasta que les vuelva a rescatar la banca. Los Warriors, otros acostumbrados últimamente a la élite pero con problemas de cash en estos momentos. Los Thunder, la pareja de jóvenes que ha empezado a trabajar y juntando sus sueldos se puede independizar con ideas de formar una familia y prosperar ya parece que van por muy buen camino, pero tuvieron que empezar desde más abajo que los otros.
Los Toronto Raptors, los currantes que pudieron vivir con cierta holgura porque les tocó una primitiva hace unos años pero ahora vuelven a la lucha del día a día. Los Clippers, que ven cada vez más cerca la jubilación, pero aún tienen esperanzas de gozar de unos últimos años de grandes ingresos. O los Dallas Mavericks, que habían empezado a trabajar desde muy jóvenes porque eran muy buenos en lo suyo, pero después de una serie de malas decisiones invirtieron casi todo en cripto, se la pegaron, holdearon, después vieron cómo subía de nuevo a 70k, y ahora quién sabe qué pasará en el futuro próximo.
La clase media es la que mueve el día a día en la NBA. Como sucede en la vida real, son sus aspiraciones, sus ambiciones, sus ilusiones, por qué no decirlo, su ingenuidad, las que dan impulso a la liga. Aunque al final sean siempre otros los que se ponen el anillo.