Los mejores años de nuestra vida NBA
Ahí va una de esas historias ñoñas en las que un periodista aprovecha un hecho de actualidad para contarte su vida, como si eso le importase a alguien.
En la España de los 2000 no tenías por qué tener el Canal + para haber crecido en la NBA con Andrés Montes y Antoni Daimiel. Si te gustaba el baloncesto, si tenías interés en la NBA, era inevitable sentir la influencia de esas dos figuras. Tuvieras o no tuvieras el plus.
En mi casa no lo teníamos. Ya he contado muchas veces que yo llegué a la NBA por Pau Gasol, como muchos de mi generación, y seguía sus andaduras por los resultados y crónicas del Teletexto, las noticias de Antena 3, el programa Más Deporte que daba el plus en abierto a la hora de comer, y el programa NBA Total (¿se llamaba así?) que también daban en el Plus en abierto los sábados por la mañana. A veces podías encontrar partidos en el eMule, pero solían tardar días en descargarse. Eso cuando no te pasaba que les abrías y luego resultaban ser otra cosa.
Uno de los primeros vídeos que descargué por esa vía fue el famoso mate de Pau Gasol a Kevin Garnett.
“Garnett tiene algo con Gasol, no sé qué es, pero se le nota…” arrancaba Daimiel.
No creo que haya visto un vídeo más veces en mi vida que ese. Lo llevaba incluso en el primer móvil que tuve que podía reproducir vídeos. Me sé el “diálogo” de memoria.
Mi otra vía de entrada fueron los videojuegos. En concreto, los NBA Live. Y concretando todavía más aún, el NBA Live 2001, que también venía con comentarios de Andrés Montes. En ese videojuego de la Play eché horas y horas. Y en los posteriores, ya comentados por Sixto Miguel Serrano. Apenas podía ver partidos, pero sí que podía jugarlos. Era cuando no tenías que estar haciendo microtransacciones por todo.
Cuando realmente me aficioné a los Dallas Mavericks fue viendo un partido contra los Sacramento Kings. Como ya he dicho, yo no tenía Canal +, pero sí que tenía un amigo que lo tenía, y su padre grababa los partidos para verlos luego por la tarde. Aquella tarde de viernes en la que fui a su casa al salir de clase el partido repetido era ese, un Mavs vs Kings. Si hubiera sido un Spurs vs Lakers a lo mejor habría salido de los Lakers, qué sé yo, y ahora sería un fan de la NBA más feliz. El caso es que ahí estaba Dirk Nowitzki, al que llamaban Robin Hood, con Montes y Daimiel comentando el partido. De manera acorde al estilo de ambos, recuerdo que uno de sus análisis fue mencionar cómo Nowitzki era como Sansón, porque sus promedios eran más bajos desde que se había rapado el pelo.
O quizás no eran ellos quienes estaban comentando aquel partido, hace ya más de 20 años de eso, pero, en mi memoria, eran ellos. Es imposible que no fueran ellos. Sin tratar de desmerecer al resto, en mi memoria siempre fueron ellos.
Después llegó la salida de Montes en 2006, y su llegada al mainstream. En su regreso al fútbol algunos le recibieron mejor y otros peor, pero a los de la NBA ya nos tenía ganados. Le defendíamos como a uno de los nuestros. Yo intentaba incluso escuchar su programa en Radio Marca “No sabes cómo te quiero” cuando íbamos de viaje a otras ciudades más grandes, porque en Palencia evidentemente no había señal de esa emisora. Aunque no hablase de NBA, me daba igual.
Su fallecimiento el 16 de octubre de 2009 fue un gran palo para todos, puedo recordar perfectamente el dolor de una comunidad entera, las muestras de cariño, los banners de homenaje en las webs y los foros de aquella época. Aunque Montes y Daimiel se habían separado profesionalmente hacía ya un tiempo, era como si todavía tuviéramos la esperanza de que volvieran a reunirse algún día. No pudo ser así.
Uno siguió con su creciente fanatismo por la NBA, pero reconozco que alejado de Daimiel. No porque no me gustase, sino por lo que comentaba antes: nunca tuvimos televisión de pago en mi casa. Cuando por fin tuve tarifa plana para poder navegar a cualquier hora y entré en la universidad, allá por 2007, descubrí también el mundo de RojaDirecta y sus sucedáneos. Y las veces en las que tocaba retransmisión en castellano eran minoría.
Luego llegó el League Pass, en mi caso en 2009. Pero aún era un piratilla. Veréis, había un truco: si alguien que tuviera el League Pass te pasaba la URL, había una forma de abrirlo en tu navegador y poder reproducir el partido. Todo era muy básico aún. Menos los partidos que daban en el Plus, que estaban bloqueados, claro. Esos no se podían ver. Aunque había algunos que se emitían en abierto en Cuatro en aquella época. A la temporada siguiente ya hice por primera vez el desembolso de comprarlo, cuando pillaron ese truco y lo anularon. En mi caso, son más de 15 temporadas ya con el League Pass.
Cuento todo esto porque, para mí, la NBA en Canal + y luego en Movistar siempre será sinónimo de Montes y Daimiel, aunque haga ya muchos años de aquello, y también me ha dejado una marca aunque yo nunca lo tuviera contratado. O aunque tuviéramos altibajos en nuestra relación (unilateral) y Daimiel me bloqueara por meterme con otros comentaristas en mi época más Warreneta. De una manera u otra, los mejores años de mi vida estuvieron ligados a ellos y a esa cadena.
Yo reconozco que, en estos últimos años, solo usaba la opción del League Pass para ver los partidos de Movistar en los que participaba un comentarista en concreto, y no eran Guille y Daimiel. Sin tener nada contra ellos, no era mi costumbre. Sí que veía sus vídeos de momentos graciosos en twitter, de la misma manera que veía vídeos de Charles Barkley, Shaq y compañía contando sus chistes sin gracia. Aunque estos últimos tienen mucho menos interés en el baloncesto que los de Movistar. Y, de la misma manera que los de Inside NBA seguirán en ESPN, también parece que al menos Daimiel seguirá adelante en alguna de las nuevas plataformas, con lo cual seguiremos manteniendo al menos esa conexión.
La realidad es que yo nunca he consumido directamente la NBA en Canal Plus ni en Movistar. Y, sin embargo, siempre lo he hecho.
Maravillosa reflexión 🔝