March Madness: ¿Serán Flagg o Dybantsa los primeros en retrasar su salto a la NBA?
El boom del dinero del NIL a la NCAA hace que podamos plantearnos por primera vez la cuestión: ¿puede un potencial nº1 del Draft retrasar su salto a la NBA por permanecer en la NCAA?
Como quien no quiere la cosa hemos entrado ya en el mes de marzo, y eso en el mundo del baloncesto significa una cosa por encima del resto: March Madness.
Lejos quedaron los años en los que podía ponerme a buscar enlaces para ver partidos todas las tardes y noches del torneo de la NCAA, intentando ver a los futuros jugadores de la NBA para después creerme con mejor conocimiento de ellos que el resto por haberles visto un par de partidos, y para ver también a otros muchos jugadores que no llegarán a nada.
Así que si queréis leer una previa, id con los que saben, como
.No, yo vengo aquí a hablar de otro tipo de posible locura.
¿Podría un candidato a ser el número 1 del Draft retrasar su salto a la NBA ahora que se están llevando buenas cantidades de dinero con la entrada del NIL en la NCAA?
No es la primera vez que pasa. Ya sea porque de verdad lo siente y le gustaría quedarse un año más en la universidad, o para agradar a los aficionados del equipo, en más de una ocasión hemos tenido a jugadores que tenían casi asegurado ser el número 1 del Draft declarando a los medios que se están planteando volver a la universidad para una temporada más, o que les gustaría hacerlo.
El último ha sido el gran nombre del próximo Draft, Cooper Flagg, jugador de primer año en Duke, quien le dijo a The Athletic hace un par de semanas que quiere regresar a Durham para otra temporada, a pesar de ser el proyectado como la primera elección en el Draft de la NBA de 2025.
“Mierda,” dijo Flagg. “Quiero volver el próximo año.”
Que Flagg regrese a Duke no deja de ser una posibilidad remota, o mejor dicho imposible. Incluso aunque se lesionase ahora, tendría casi asegurado salir elegido en lo más alto o en un puesto top 3. En el mismo artículo de The Athletic que copó los titulares por esa frase de Flagg se explicaba que el jugador y su familia saben que su etapa en Duke está llegando a su final. Rechazar la seguridad de la NBA cuando se ha escrito tu nombre en granito en la primera posición del Draft es algo a lo que no se arriesga nadie.
Sin embargo, los atletas universitarios están empezando a ganar tanto dinero con el NIL que la conversación ya no es tan absurda, y quizás no suceda con un número uno del Draft, pero unos pocos puestos más abajo… se podría plantear. Porque estos jóvenes han pasado de no llevarse (en teoría) ni un dólar, a cifras que pueden ser mareantes para chicos de su edad. Y ahí tenemos el caso de AJ Dybantsa.
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