¿Qué hacemos con los Sacramento Kings? (previa verano 2025)

Los Sacramento Kings rompieron su maldición volviendo a los Playoffs en 2023, pero rápidamente han vuelto a caer en desgracia.

La temporada 2024-25 de los Sacramento Kings marcó otro año de retroceso significativo, culminando en una derrota en el Play-In ante los Dallas Mavericks tras un año de decisiones drásticas, algunas tomadas por voluntad propia, y otras por presiones ajenas.

El despido del Entrenador del Año 2023 Mike Brown, el traspaso de De’Aaron Fox por Zach LaVine y selecciones futuras, y la salida de Monte McNair como gerente general dejaron a los Kings en un estado de incertidumbre. Con Scott Perry como nuevo GM y Doug Christie confirmado como entrenador principal, Sacramento tiene por delante un verano en el que el objetivo debe ser marcar un camino para salir de la mediocridad… ya sea hacia arriba o hacia abajo.

Vamos a analizar el verano de los Sacramento Kings desde cinco puntos diferentes:

1. Volver a encontrar la identidad

2. Flexibilidad económica pero con restricciones

3. Extensiones contractuales: ¿Keegan Murray como pilar?

4. Necesidades de la plantilla: Un base, defensa perimetral y cohesión

5. Estrategia de traspasos y draft: decidir entre el presente y el futuro

Vamos a ello.

1. Volver a encontrar la identidad

Tras una temporada prometedora con 48 victorias en la 2022-23 y su regreso a Playoffs por primera vez desde 2006, parecía que los Sacramento Kings habían vuelto para quedarse.

Ahora, solo dos años después, aquello parece muy lejano, y la amenaza de volver a caer en el olvido durante mucho tiempo acecha.

En la temporada 2023-24 los Kings ya bajaron su registro hasta las 46 victorias y se fueron a casa en el Play-In con una inoportuna lesión de Malik Monk unas semanas antes, y esta pasada temporada ha continuado con esa cuesta abajo y el regreso a la inestabilidad que les había caracterizado durante la década anterior.

El despido de Brown en diciembre, tras un inicio irregular, y el traspaso de Fox a los Spurs por Zach LaVine, una primera ronda falsa de 2025 (la de Charlotte protegida para lotería, ni de coña la iban a recibir), una primera ronda de 2027 (San Antonio) y otra de 2031 (Minnesota) deprimieron a los aficionados y al equipo. Fox pidió el traspaso sin pedirlo, le dijo a la franquicia que a lo mejor era el momento de “valorar sus opciones de traspaso” porque no parecía tener la intención de firmar una extensión, y también marcó el destino que quería. Con solo un año más de contrato y la capacidad de decir “si me traspasas a cualquier otro sitio no voy a renovar allí” y disuadir así a otros posibles interesados, a los Kings no les quedó más remedio que aceptar una oferta que estaba bastante por debajo de lo esperado, sin soltar San Antonio a ninguno de los jugadores jóvenes interesantes de su núcleo.

Durante el resto de la temporada el trío formado por LaVine, Domantas Sabonis y DeMar DeRozan formó un grupo disfuncional con un net rating de -7.1 con los tres en la pista, comparado con +14.0 al reemplazar a Sabonis por Jonas Valanciunas en las semanas en las que el primero estuvo lesionado, según NBA.com. Se podría argumentar que es que no tuvieron tiempo para adaptarse, pero ya tenemos experiencia en el pasado sobre cómo funciona la pareja LaVine - DeRozan y cuál es su techo. No era muy alto en el Este y lo es menos aún en el Oeste.

Scott Perry, nombrado GM tras el despido de McNair, aporta experiencia desde su etapa con los Knicks y habiendo estado ya anteriormente en la franquicia, mientras Christie, con un récord de 27-24 como interino, fue confirmado como entrenador jefe con un contrato multianual. Christie es una leyenda de la franquicia, pero en los partidos decisivos de la temporada ya se le vio superado, y ahora tiene la complicada tarea de darle una identidad a un equipo que parece que se está diluyendo como un azucarillo después de aquella épica serie de primera ronda contra los Golden State Warriors.

2. Flexibilidad económica pero con restricciones