Lo MEJOR y lo PEOR de la semana 8
Los Boston Celtics y las negociaciones del convenio de la WNBA se colocan hoy en mi punto de mira.
Esta era la última semana previa a la “apertura” del mercado de traspasos, que llega de manera oficiosa el 15 de diciembre, mañana.
LO MEJOR DE LA SEMANA
A pesar de la derrota del jueves contra los Milwaukee Bucks sin Giannis Antetokounmpo, he decidido seguir adelante con la idea de escribir sobre los Boston Celtics.
Después de un verano agitado por la lesión de Tatum y los movimientos de ahorro de Brad Stevens, ahora empezamos a ver la cara buena de unos Celtics que han transformado su identidad ofensiva de manera sutil pero significativa si atendemos a los datos y las sensaciones.
A pesar de la ausencia de Jayson Tatum, los Celtics siguen dependiendo en gran medida de las jugadas de aclarado. Ocuparon el tercer puesto en frecuencia de aclarados la temporada pasada, e incluso sin su estrella se mantienen en el quinto puesto este año. Los aclarados que hubieran correspondido a Tatum se han redistribuido a Jaylen Brown (+1,6 por partido), Payton Pritchard (+1 por partido) y Anfernee Simons (2,4 aclarados por partido). Lo más impresionante es que han mantenido la misma eficiencia en anotación por posesión que la temporada pasada, incluso sin JT, gracias en buena parte a la caza constante de desajustes en la defensa rival.
Por poner algunos ejemplos de los partidos que he podido ver de Boston, los desajustes de emparejamiento de Jaylen Brown (gran nivel el suyo como primera espada, tampoco sorprendente) donde más ha anotado han sido contra jugadores como Jalen Brunson, VJ Edgecombe, Duncan Robinson o Goga Bitadze. Joe Mazzulla ha decidido seguir explotando los aclarados contra peores defensores en esta temporada a pesar de no contar con su estrella, también porque esto contribuye al bajo porcentaje de pérdidas de balón de los Celtics. Es complicado perder el balón si no se pasa y si el jugador que ataca el aclarado es disciplinado. Y otra cosa puede ser, pero disciplina es algo que no falta en el grupo de Mazzulla.
Cuando revisé los números a mediados de esta semana, de entre todos los jugadores de los Celtics Pritchard era el más eficiente en aclarados, con 1,12 puntos por posesión. Al igual que con Brown, Pritchard ha evolucionado hasta saber explotar con efectividad los emparejamientos con jugadores más grandes y lentos que él. De estos desajustes defensivos los Celtics también generan un sistema de gravedad alrededor del balón, activando las ayudas defensivas y creando así espacios para lanzadores de catch and shoot como Sam Hauser, el propio Pritchard o Derrick White. Casi siempre que hay un aclarado a un jugador de los Celtics, también hay un lanzador a un solo pase de él.
Fijaros en este vídeo de asistencias de Neemias Queta, que ahora vamos con él.
Puesto que los Celtics mantienen el enfoque ofensivo en aclarados y en tener a sus tiradores de élite cerca del manejador del balón, lanzando una gran cantidad de triples por partido, su estructura ofensiva permanece similar a la del año pasado. ¿Dónde está el cambio que decía antes, entonces?
En dos aspectos fundamentales: han abandonado por completo su tercer arma de los dos últimos años, que era el poste, y ahora atacan más el rebote ofensivo.
Sin el tamaño de Porzingis, la veteranía de Al Horford y las armas de Jayson Tatum para atacar a jugadores más bajos que ellos, Boston no tiene armas suficientes para explotar este tipo de jugadas en el poste. También los intentos de Brown en el poste han disminuido. ¿Y por qué lo han cambiado? Por el pase mano a mano o handoff. No es que se trate de Domantas Sabonis, pero los Celtics están utilizando de manera muy efectiva a Neemias Queta en esas situaciones para entregar el balón en movimiento a White, Pritchard o Brown. Los dos primeros han duplicado su cantidad de lanzamientos en este tipo de jugada con respecto a la temporada pasada.
Precisamente una de las cosas que más me llamaron la atención la primera vez que vi a los Celtics esta temporada fue la conexión entre Queta y White en estas posesiones de handoff. Algo más del 32% de las asistencias del pívot portugués han sido aprovechadas por White esta temporada. Queta es un tipo de pívot que puede moverse, poner buenos bloqueos y pasar correctamente el balón para su tamaño, permitiendo a White y el resto operar con espacios y castigar a las defensas en movimiento con su velocidad y buen lanzamiento.
La capacidad de Queta para colocar buenos bloqueos también influye en el aumento del volumen de pick-and-roll esta temporada. Brown ha pasado de 3,9 intentos de tiro en pick-and-roll por partido a 6, White de 3,5 a otros 6, y Pritchard de 2,1 a casi 4. La mayoría de las veces, el bloqueador es Queta, cuya velocidad, verticalidad y uso de su físico han sido clave para abrir la pista.
No es de extrañar que el impacto estadístico de Queta esté siendo notable.
De todas maneras, el mayor cambio en el ataque podría estar en realidad en lo que ocurre tras los tiros fallados. Los Celtics han pasado del puesto 18 al 7 en volumen de rebotes ofensivos, y han mejorado drásticamente su eficiencia en palmeos. Con Queta, pero también con Josh Minott, Jordan Walsh y Luka Garza, han asegurado una mayor cantidad y eficiencia en segundas oportunidades.
La lesión de Tatum y los traspasos del verano dieron a esta temporada un tono de transición. Algunos incluso estábamos seguros de que íbamos a ver un trabajo de tanking sigiloso para asegurar un buen pick, pero está claro que no es el estilo de los de Mazzulla y esa posibilidad se va alejando al mismo tiempo que se acerca el probable regreso de Jayson Tatum.
Si de algo ha servido esta temporada es para probar a jugadores que podían dar más de sí. Como Queta, Josh Minott, Jordan Walsh o Hugo Gonzalez. ¿Por qué no poner a Hugo a defender a Karl-Anthony Towns?
La pregunta clave de las próximas semanas es si Brad Stevens debería tener a los Celtics como compradores en este trade deadline o esperar al verano. Por un lado, será tentador buscar una forma de quitarse más dinero de encima o incluso intentar salir del impuesto de lujo en una temporada que sigue pareciendo de transición. Por otro, la flojera de equipos fuertes en el Este y el probable regreso de Tatum pueden invitar a tomar el camino contrario.
Los 27 millones de expiring de Simons les darán varias posibilidades para ir en uno u otro sentido. Una de las más interesantes que he leído por ahí acababa con Ivica Zubac vestido de verde. No sé si los Clippers estarán por la labor llegado el momento. O si los Celtics mantendrán el nivel con su dependencia en aclarados, lanzamiento exterior y una defensa más bien mediocre. Pero si Tatum está a un nivel aceptable es posible que solo estén a un pívot mejor que Queta de distancia de una oportunidad real de estar en las Finales.
Otros nominados:
Los Dallas Mavericks, ganadores de 4 de sus últimos 5 partidos, aunque mirad el calendario.
Los Oklahoma City Thunder, como todas las semanas.
Los Denver Nuggets, en proyección de 61 victorias como quien no quiere la cosa.
LO PEOR DE LA SEMANA
También me apetecía escribir un poco más sobre las negociaciones del convenio colectivo de la WNBA, que este tipo de negociaciones se producen cada mucho tiempo.
La WNBA se encuentra en un momento crítico en las negociaciones colectivas, en el cual lo que a mí me parece un desdén de la liga, respaldada por la NBA y sus directivos, hacia las jugadoras ha generado una tensión palpable.
Entiendo que esto es una negociación en la que hay mucho dinero en juego, y también de dónde viene la WNBA como liga subsidiada por la NBA, pero como observador poco experimentado del baloncesto femenino, me sorprende la falta de respeto hacia el talento que sostiene esta competición, especialmente en un período de crecimiento sin precedentes para el deporte.
Recientemente, la liga presentó una oferta al sindicato de jugadoras que, en lugar de avanzar hacia un acuerdo justo, parece diseñada para frustrar a las jugadoras y paralizar los posibles progresos en las negociaciones. Esa propuesta incluye un incremento mínimo en los salarios base, la supresión del subsidio de vivienda para las jugadoras, modificaciones en el calendario de la temporada y, lo más controvertido, la implementación de un Draft Combine obligatorio previo al draft que castigaría a las jugadoras que no puedan participar.
Esta última medida es especialmente problemática, ya que choca directamente con el cambio propuesto en el calendario. Explicado rápidamente:
Por un lado, la propuesta de la WNBA implementaría un calendario que se adelantaría, comenzando el training camp durante el March Madness de la NCAA.
Por otro lado, el Draft Combine previo al Draft entonces se establecería en plena temporada universitaria, dejando a las jugadoras que se quieran presentar en la situación de abandonar a sus equipos durante dos o tres días o enfrentarse a posibles penalizaciones (que no se han establecido en la propuesta).
¿Se penalizará a las jugadoras que lideren a sus equipos hacia un campeonato nacional, o se les obligará a elegir entre el éxito universitario y una carrera profesional en la WNBA?
Otro punto clave es la propuesta de reparto de ingresos, el objetivo central para la asociación de jugadoras, pero sobre eso ya he escrito en las últimas semanas, así que no me repetiré.
En cuanto a la eliminación de las ayudas para la vivienda proporcionadas para la liga, podría estar justificado si los salarios mínimos superan los 200.000 dólares anuales, una cifra que permitiría a las jugadoras encontrar alojamiento adecuado en cualquier ciudad. Sin embargo, no se puede ignorar la realidad de las jugadoras con contratos temporales o no garantizados, a quienes esta medida podría desestabilizar financieramente.
Ante la ausencia de un compromiso real, ambas partes optaron por extender las negociaciones una vez más. No obstante, empieza a crecer la inquietud por un posible paro laboral en 2026. En este tipo de parones quienes más sufren a la larga son las jugadoras, aunque las de clase media y alta ya tienen alternativas para ganar dinero. De lo que no habla nadie es de los propietarios “independientes” de franquicias de la WNBA, es decir, que no tienen vinculación con otras franquicias de la NBA.
Me refiero a Force 10 (dueños de las Seattle Storm), la Tribu Mohegan (Connecticut Sun), Larry Gottesdiener (Atlanta Dream) o Michael Alter (Chicago Sky), grupos o individuos que invirtieron en la liga antes de su auge, y sí que podrían verse seriamente perjudicados por un cierre patronal o huelga. Habrá que ver si no se produce una fractura interna dentro del grupo de propietarios, porque los que están alineados con la NBA parecen estar tomándoselo de una manera más personal y entienden las negociaciones como una extensión de su visión de la NBA. Pero los que no tienen esa conexión con la NBA y estaban en la liga antes del boom a lo mejor no están contentos viendo peligrar sus potenciales ganancias.
En mi opinión, y aunque en este punto sea algo muy poco realista, el camino ideal para el baloncesto femenino sería independizarse de la NBA. Forjar una liga autónoma que no sea vista como un mero accesorio del baloncesto masculino, sino como un producto estrella por derecho propio. Lo que alarma es la arrogancia de la liga al negarse a ceder algo de terreno, pues lo que vemos de cada propuesta incluye elementos tóxicos que erosionan la confianza mutua. Con el tiempo, esta rigidez podría llevar a un punto de no retorno.
Eso no va a suceder, claro. Es imposible montar una liga nueva desde cero, y la actual tiene demasiadas raíces comunes con la liga masculina. La NBA ha mantenido a la WNBA con sus pérdidas económicas durante muchos años, y ahora que empieza a ser un negocio rentable no aceptaría una escisión. Es más, parte del atractivo de la WNBA para Silver y compañía está en poder ofrecer a las televisiones baloncesto durante todo el año.
Aunque se critique a las jugadoras por personalizar esta disputa, los dueños y ejecutivos de la WNBA han mostrado un nivel similar, o mayor, de resentimiento. La opinión pública, por fortuna, creo que se inclina de las jugadoras. Pero no vale solo con la simpatía del público. Ahora, el foco debe estar en si surge una división interna entre los propietarios. ¿Los independientes se rebelarán contra sus aliados de la NBA, temiendo verse perjudicados en esta disputa laboral?
Otros nominados:
Dereck Lively se pierde el resto de la semana.
Tropecientos calf strains más mientras la NBA saca comunicados para desmentir artículos que los relacionan con el brutal calendario.
Estos fueron LOS MEJORES PARTIDOS de la semana
Cortesía del SofiAlertBot de La Crónica desde el Sofá, que valora cada partido disputado del 0 al 5 sin spoilers.
Minnesota Timberwolves - Golden State Warriors 🛋 4.6/5 Sofis
LA Clippers - Houston Rockets 🛋 4.5/5 Sofis
Cleveland Cavaliers - Washington Wizards 🛋 4.5/5 Sofis
Phoenix Suns - Minnesota Timberwolves 🛋 4.4/5 Sofis
San Antonio Spurs - New Orleans Pelicans 🛋 4.3/5 Sofis
Y el honor al peor partido de esta semana corta se lo lleva…
Atlanta Hawks - Detroit Pistons 🛋 1.7/5 Sofis
CONTEXTO con texto
Estos han sido los tres artículo publicados en NBA con Contexto esta semana:
Durante toda la semana se ha venido hablando de los Thunder, de su estilo y de el de Shai con motivo de la Copa NBA. Yo dejé clara mi opinión el lunes sobre todo ello.
Julio Simón nos contó desde dentro los entresijos de la reconstrucción de los Utah Jazz.
Los Dallas Mavericks siguen ganando partidos y ya están en puestos de Play-In. Yo solo pido que, a la hora de tomar decisiones importantes, sean capaces de mantener la cabeza fría y hacer lo correcto. Luka, Davis, Flagg, y saber marcar distancias.
SE COMENTÓ EN EL TUITER…
Sé que aquí tiene muchos detractores porque en nuestras competiciones locales sabemos lo que es una “Copa” de verdad, pero la NBA Cup ha resultado seguir exactamente el camino que la NBA esperaba.
No pretende reemplazar los Playoffs, pero los jugadores parece que se la toman en serio, y salvo por algunos críticos tradicionales en los medios, la mayoría de los expertos y aficionados coinciden en sus méritos. No se puede pretender que una iniciativa de este tipo sea un gran éxito desde el primer día, y al menos sí que le da algo diferente a este par de semanas, le da un poco más de interés en un punto en el que la gente aún no presta mucha atención en Estados Unidos.
[Las eliminatorias sí que siento que generan interés. Los partidos clasificatorios creo que ya han perdido ese efecto. Por eso repetiré mi propuesta de cambiar la copa a partido único.]
Si me preguntáis a mí, lo mejor que podría haberle pasado a la NBA era que los Thunder ganasen y después lograsen un doblete. Además de tener al mejor equipo ganando la competición, algo que creo que la legitima, también crearía una nueva narrativa para el futuro, preguntándonos quién será el próximo en conseguir el doblete. Pero después del partido que nos dejaron anoche Thunder y Spurs es difícil quejarse del resultado.
Perdonadme que le mencione, pero en su podcast Bill Simmons abrió uno de sus último episodios preguntándole al gran Rob Mahoney si le importaba la NBA Cup. La respuesta me hizo gracia y decidí escribir sobre ello hoy aquí. Mahoney respondió: “He elegido que me importe la NBA Cup.”
Porque esa es la realidad, cada uno puede elegir si le importa o no. Yo también he decidido que me importen, no al nivel de una gran competición, pero sí que he decidido que me interese. De la misma manera, habrá quien decida que no le importa o no le interesa. Yo estoy en la línea de Mahoney. ¿Nos ha dado la NBA Cup razones para creer que el baloncesto jugado en esta competición es mejor que el del resto de la temporada? No, claro que no. Pero me gusta encontrar alicientes a lo largo de la larga temporada regular, y la NBA Cup es uno de ellos.
Cuando la NBA Cup se lanzó en 2023 estaba lejos de ser un proyecto terminado, y a día de hoy sigue pareciendo lejos de estarlo. Al principio los jugadores ignoraban las reglas del torneo, las canchas especiales eran polémicas, y ni siquiera tenía un nombre propio. Se llamaba NBA In-Season Tournament antes de que la liga lo renombrara NBA Cup el año pasado y consiguiera al patrocinador principal que aquí siempre evito nombrar. Aunque todavía hay problemas esporádicos con el diseño de las canchas, que creo que tarde o temprano terminarán desapareciendo, el torneo está aquí para quedarse y ganar en importancia con el paso de los años. Para la gente que elija que le importe, claro.
LA SEMANA QUE VIENE en la NBA
Estos son los cinco partidos que más me interesa ver en la semana que entra:
Detroit Pistons en Boston Celtics, lunes.
Houston Rockets en Denver Nuggets, lunes.
Final de la NBA Cup, martes.
Oklahoma City Thunder en Minnesota Timberwolves, viernes.
Houston Rockets en Denver Nuggets (again), sábado a las 23.00 hora española.
Me ha costado quedarme solo con cinco. Semana cargadita de partidazos la que tenemos por delante.
CARRUSEL NBA
El #SofiAlert es un salvavidas cuando no sabes qué partido de la jornada ver y no quieres comerte spoilers. Ya habéis que yo aquí lo uso todas las semanas, y en NBAManiacs Enrique Bajo ha escrito también en estos días sobre la herramienta creada por La Crónica desde el Sofá.
Tras un verano en el que Desmond Bane salió traspasado por numerosas primeras rondas sin protección, ahora resulta que jugadores como Anthony Davis y incluso Giannis Antetokounmpo parece que tienen difícil sacar ese tipo de retorno en un traspaso. ¿Estamos en una NBA en la que los jugadores de rol buenos valen más que muchas estrellas? En ESPN analizan el cambio del valor de las super estrellas.
Los Cleveland Cavaliers no terminan de carburar esta temporada, y tienen una plantilla demasiado cara para no estar en el lugar en el que esperaban. Eso hace que empiecen a plantearse algunas preguntas. ¿Pueden ser los Cavaliers contenders mientras Darius Garland se pierde partidos constantemente con lesiones?
Los Detroit Pistons siguen dominando la Conferencia Este, y Jack Maloney analiza cómo han pasado de ser un equipo conocido por su histórica racha de derrotas a la zona más alta de su conferencia.
Con Cooper Flagg siendo tan bueno de entrada. Y con Anthony Davis ya de vuelta y Kyrie Irving potencialmente regresando en unas semanas, mis esperanzas de tanking para los Dallas Mavericks se van desvaneciendo. Mientras, Danny Chau escribe en The Ringer que el Draft de 2026 es demasiado bueno como para no tankear.
Algo que me interesa aunque los Mavs no saquen el tanque es que dentro de este mismo Draft parece haber una buena clase de bases. James Barlowe (cuyo hermano Rafael fue contratado recientemente como scout por los Mavericks) analiza quiénes son los mejores bases del Draft de 2026.
La ENCUESTA
Estos son los resultados de la encuesta de la semana pasada:
Aquí está la encuesta de esta semana:
Disfrutad de la NBA.






