La cuestión LaMelo Ball: cómo pueden salir los Hornets del pozo (previa verano 2025)
Los Charlotte Hornets van a tener que empezar a plantearse serias cuestiones sobre su futuro y el de LaMelo Ball.
La temporada 2024-25 de los Charlotte Hornets comenzó con buena pinta bajo el mandato del nuevo entrenador Charles Lee y el gerente general Jeff Peterson, pero tras un inicio de 2-2 el equipo rápidamente se desplomó, terminando con 55 derrotas o más por tercer año consecutivo. Por si eso fuera poco, la suerte tampoco les sonrió en la lotería del draft, donde cayeron al cuarto pick.
Las lesiones de LaMelo Ball y Brandon Miller, junto con la tremenda irregularidad de un núcleo joven que incluye a Mark Williams, el interesante Tidjane Salaun, y Tre Mann, dejaron más preguntas que respuestas para el futuro del equipo. Con la cuarta selección del draft, activos valiosos al menos sobre el papel, y decisiones contractuales importantes, los Hornets tienen por delante un verano crucial para dar el siguiente paso en su reconstrucción… o encaminar el rumbo hacia una nueva.
Vamos a hacer la previa del verano de los Charlotte Hornets desde cinco puntos de vista principales:
1. LaMelo Ball: ¿Pilar o activo de traspaso?
2. ¿Qué hacemos con Mark Williams?
3. Tre Mann, la agencia libre y las decisiones económicas
4. El draft de 2025: otro punto de inflexión
5. Necesidades de la plantilla y estrategia de traspasos
Vamos a ello.
1. LaMelo Ball: ¿Pilar o activo de traspaso?
LaMelo Ball, bajo contrato hasta la temporada 2028-29 con un salario inicial de $35.1 millones en 2025-26, es el corazón y el motor de los Hornets, pero su futuro genera debate. A pesar de promediar casi 25 puntos por partido en sus tres últimas temporadas, su baja eficiencia ofensiva y los problemas de durabilidad (solo una temporada con más de 51 partidos en sus cinco años en la NBA) plantean serias dudas sobre su futuro.
Claro que no es que los Hornets sean precisamente mejores sin él.
En los partidos en los que jugó LaMelo Ball los Hornets lograron un balance de 16 victorias y 31 derrotas. No es nada espectacular, pero a lo largo de una temporada completa es una proyección de un balance de 28-54 en una temporada completa. Vale, sigue siendo un mal balance, pero no es el 19-63 de esta temporada o el 7-75 que proyectaron sin él (3-32 en partidos sin LaMelo).
Aunque Ball ha expresado su deseo de quedarse y construir en Charlotte, los rumores de traspaso empiezan a acechar. No parece que Jeff Peterson lo esté ofreciendo activamente a otras franquicias, pero creo que sí que empieza a estar en un punto en el que escucharía ofertas, o al menos debería. Puede haber equipos muy interesados y que buscan base como Orlando, Portland, Toronto o Sacramento.
Es curioso porque es peor jugador que él, pero un traspaso por Ball es posible que pudiera superar el valor por ejemplo de el de un Trae Young debido a la edad, con paquetes que incluyan selecciones de draft y jugadores jóvenes, pero moverlo iniciaría una reconstrucción total, algo que no parece que busquen los Hornets por ahora. De lo que no debe caber duda es de que ahora mismo es está evaluando si es el pilar adecuado para construir, o si por el contrario pasa a ser un activo de traspaso más. De momento parece que tendrá una temporada más para ver si es capaz de liderar a este núcleo joven.
Hace un par de semanas leía que los ejecutivos de la NBA decían que solo había un jugador intocable en Charlotte y que ese era Brandon Miller, no LaMelo Ball, lo cual no me extrañaría. Pero luego vi que lo había dicho Sam Amico. Así que borrad de vuestra mente que lo habéis leído.
2. ¿Qué hacemos con Mark Williams?
Tiene que ser incómodo traspasar a un jugador y que luego se cancele el traspaso y tengas que volver a acogerle, y eso es lo que le pasó a los Hornets y los Lakers esta temporada.
Mark Williams, pívot que entra en su cuarto año en la NBA, tiene inevitablemente puesto el cartel de transferible después del traspaso frustrado a los Lakers, que habría llevado a Charlotte a Dalton Knecht, la primera ronda de 2031 y un intercambio de picks en 2030. La rescisión del traspaso, atribuida a preocupaciones de Los Angeles sobre su durabilidad y su salud, generó críticas al diagnóstico médico por parte de los Hornets y el propio jugador, que restaron importancia al examen médico y lo achacaron a que los Lakers se habían arrepentido por lo que daban, pero hay que preguntarse si eso puede reducir la probabilidad de una extensión de contrato, que podrían firmar este verano, y que inicialmente se pensaba que podría rondar los $25 millones anuales, similar a la de otros pívots como Nic Claxton.
Williams promedió 15.3 puntos, 10.2 rebotes y 1.2 tapones en 44 partidos, siendo una fuerza importante en el ataque junto a Ball, pero su defensa en general y en especial cerca del aro, permitiendo un 65.6% de acierto al rival cerca del aro (quinto peor entre pívots con más de 20 minutos por partido, según Cleaning The Glass) plantean sobre qué tipo de defensa se puede construir con él como columna vertebral de la misma.
Peterson probablemente buscará traspasar a Williams de nuevo, aunque recuperar el valor del acuerdo al que habían llegado con los Lakers será muy difícil. Equipos como Golden State, que buscan un pívot joven, podrían ofrecer jugadores como en un S&T Jonathan Kuminga, aunque esto dependerá del mercado que se encuentren, y tampoco sé si Williams es el prototipo de los Warriors, precisamente.
Si no hay ofertas atractivas habrá que ver qué hacen. Mantener a Williams y ver si tanto él como Ball consiguen mantenerse sanos siempre es una opción viable, pero la sombra del intento de traspaso siempre va a estar sobrevolando. También es posible que intenten negociar una extensión de contrato, aunque ahora mismo me parece que es algo poco probable, dado el cambio en la percepción de su valor con el traspaso fallido.
Recordemos que Jeff Peterson llegó a la franquicia en marzo de 2024 procedente de los Brooklyn Nets para tomar las riendas de las oficinas. Jugadores como Ball o el propio Williams no son propiamente apuestas suyas, sino que ya estaban cuando llegó. Y eso siempre aumenta las posibilidades de que se produzcan cambios.
3. Tre Mann, la agencia libre y las decisiones económicas
Tre Mann, el principal agente libre de los Hornets, entra en la agencia libre restringida con una oferta cualificada de $6.9 millones.
Una lesión de espalda limitó su temporada a 13 partidos, pero su rendimiento en los 41 partidos que ha jugado con Charlotte ha demostrado tener cierto potencial, quizás como sexto hombre detrás de LaMelo Ball. Desde que fue traspasado por los Oklahoma City Thunder a los Hornets, Mann ha promediado 14.1 puntos, 4.5 asistencias, 4 rebotes y un 40% en triples.
Antes de la lesión y con su buen rendimiento en la temporada anterior no era descabellado pensar que Mann podía irse a una cantidad cercana a la de la excepción media grande, pero el haberse pasado casi una temporada en blanco seguramente le vaya a pasar factura en el mercado. Los Hornets probablemente le extenderán la oferta cualificada para que sea agente libre restringido y después intentarán negociar con él un contrato favorable, pero esta es uno de esos casos en los que no debería sorprendernos si el jugador simplemente acepta la oferta cualificada para jugar un año y ser agente libre sin restricciones en 2026, cuando tendrá 25 años.
Sin embargo, si los Hornets seleccionan un guard como V.J. Edgecombe o Tre Johnson en el draft, el rol de Mann podría reducirse, y en en ese caso tampoco sería sorprendente que lo dejaran ir como agente libre sin restricciones, priorizando la flexibilidad financiera.
Otros agentes libres, como Seth Curry y Taj Gibson, son candidatos a contratos mínimos o a moverse a equipos de playoffs, dada su veteranía y roles muy limitados. Con la excepción media grande ($14.1 millones), la biannual ($5.1 millones) y excepciones de segunda ronda y mínimo, los Hornets pueden buscar añadir un tirador o un veterano mentor si Gibson se marcha, pero en ningún caso se acercarán ni por asomo al impuesto de lujo.
4. El draft de 2025: otro punto de inflexión
Con la cuarta selección tras caer desde el tercer puesto en la lotería (algo que ya habrían firmado los Utah Jazz y los Washington Wizards, los Hornets tienen que renunciar al sueño de Cooper Flagg o a Dylan Harper, pero están en posición de llevarse a un jugador de posible alto impacto futuro como V.J. Edgecombe, Ace Bailey o Tre Johnson, según los principales mocks.
Edgecombe, destacado por su defensa y potencial de jugador que aporte tanto en ataque como en defensa, encaja con la visión de Charles Lee de priorizar versatilidad. Bailey, que en principio está llamado a ser el número 3 pero podría caer, parece tener un gran potencial pero puede encontrarse con Brandon Miller en su misma posición, por lo que el encaje no sería tan claro.
Tre Johnson, por su parte, ofrece acierto desde el exterior, una necesidad crítica para los Hornets después de haber terminado los últimos de la NBA en esta temporada en porcentaje de tiro efectivo. En The Athletic ahora mismo dan otra visión, colocando en su mock en Charlotte a Kon Knueppel, un tirador élite de Duke, precisamente como una opción para intentar solucionar la pésima eficiencia de tiro del equipo de Charles Lee.
Además de su primera ronda, los Hornets tienen dos selecciones de segunda ronda en los 30s (picks 33 y 34), ideales para añadir profundidad, para utilizarlas en algún proyecto europeo de Draft & Stash, o para juntarlas y dar el salto al final de la primera ronda si cae algún jugador interesante.
Con ocho primeras rondas disponibles para negociar (incluyendo futuras de Miami, Phoenix y Dallas) y 13 segundas, Peterson tiene flexibilidad para subir en el draft o adquirir jugadores vía traspaso. Eso sí, la presión es enorme para que la selección de 2025 sea un acierto, ya que otro fallo podría retrasar la reconstrucción o dinamitarla, especialmente con Ball ya en su segundo contrato.
5. Necesidades de la plantilla y estrategia de traspasos
Los Hornets necesitan principalmente salud, consistencia en general y tiro perimetral. La cuarteto formado por Ball, Miller, Bridges y Williams solo pudo jugar junto el 3% de las posesiones de esta temporada, mostrando cierto potencial (+2.1 por 100 posesiones, 121.5 en rating ofensivo), pero tampoco se pueden sacar conclusiones teniendo una muestra tan pequeña.
Entrando ya en la profundidad de la plantilla, Tidjane Salaún y Nick Smith Jr. mostraron destellos que hacen que merezcan contar con oportunidades, mientras que Moussa Diabaté y K.J. Simpson, desde contratos two-way, también se ganaron minutos importantes, con Diabaté siendo convertido a un contrato estándar.
En el mercado de traspasos, Miles Bridges ($25 millones en 2025-26) es el candidato más probable a para ser traspasado más allá de Mark Williams, aunque su valor no será tampoco demasiado alto tras promediar un 43% en tiros de campo y un 31.3% en la 2024-25 y por llevar consigo todo lo que supone ser escoria fuera de la pista.
Grant Williams, Jusuf Nurkic ($19.4 millones) y Josh Green, adquiridos como relleno salarial en traspasos en las dos últimas temporadas, también son candidatos a ser traspasados, pero su mercado es muy limitado. Grant Williams vuelve de una lesión importante, Nurkic era casi injugable en Phoenix, y Josh Green no ha dado un paso adelante tras salir de Dallas y contar con más oportunidades. De los tres el que más valor tendría sería Grant Williams si vuelve bien de su lesión.
La estrategia de Peterson, que parece estar respaldada por los ya no tan nuevos propietarios, se centra en acumular activos, como lo demostraron el traspaso de Nick Richards y el comerse a Jusuf Nurkic en el último mercado. Con $30 millones bajo el impuesto de lujo, los Hornets pueden utilizar su excepción salarial media completa para adquirir jugadores con contratos que no quieran otros equipos a cambio de más activos.
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